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juanluna

Y no paro de dar gracias

No puedo hacer otra cosa que agradeceros y agradecerme. Este pasado sabado tuve el placer de compartir con alrededor de cuatrocientas cincuenta personas grandes momentos de Amor colectivo. El taller de mi amigo Emilio Carrillo sirvió esta vez de acontecimiento para que la energía de los corazones al unísono, en comunión, se manifestara con amplitud. Gracias a ti, Emilio, por ser el instrumento a través del cual la Esencia nos unificó. Tu extenso saber, tu sabiduría, aun forzosamente coartada por el limitado caudal del lenguaje hablado del que, por supuesto, eres un gran maestro, vibró en todos los presentes con una fuerza, con una luz, con una belleza...inenarrables. Tu mensaje de autenticidad, de humildad, de sencillez, se hacía eco en todos nosotros.
Ciertamente que la información que diste, querido Emilio, fue extensa, constructiva y practica, pero yo, como ya sabes, me voy más al sentir. Cada palabra tuya es mia y también de todos los demás presentes en la sala. No obstante, en mi caso particular tus palabras me sirvieron sobre todo de confirmación. Desde que nos conocimos, allá por diciembre del 2009 (en esta vida claro está), nuestro Amor se manifestó de una manera natural, por lo que la fluidez era la reina de los momentos compartidos y la comunicación se daba de forma instantánea, practicamente sin palabras. Tú fuiste la puerta para que conociera a muchos más hermanos a los que, excusándome, no nombro porque no quisiera dejarme alguno sin mencionar. Todo esto lo volví a comprobar, a vivir, a sentir y a disfrutar multiplicado el pasado sabado.
Al terminar la jornada recibi y dí tanto en cada abrazo que casi parecía flotar debido a la energía amorosa que me invadía. No pudo haber mejor broche a tus palabras, Emilio, que esa comunión de silencios y abrazos agradecidos por el mero hecho de Ser y compartir la felicidad del momento vivido. Por ello me reitero en mi agradecimiento a todos y cada uno. Qué belleza en las palabras de místicos como San Juan de la Cruz (con el que comparto nombre)o Santa Teresa de Jesús, con ellos me tienes aun más en el bolsillo del mensaje divino, querido amigo.
"Quedéme y olvidéme el rostro recliné sobre el Amado cesó todo y dejéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado."

San Juan de la Cruz, Noche Oscura, canción 8
Os Amo.

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