Blogia

juanluna

Bye Bye Blog

Tras el tiempo de maduración necesario para llevar a cabo la idea finalmente abandono este blog. Pero no preocuparos, queridos seguidores, pues no es más que un traslado. Mis letras seguirán adornando y comunicando a través de la pantalla. Los motivos no han sido mas que técnicos. ya que el nuevo habitáculo ofrece unas opciones de divulgación de las que éste carece. Aparte, y este es el motivo principal, se han dado problemas de funcionamiento que indican un "cierto abandono" por el mantenedor de la página de blogia. Por todo ello, me mudo. El enlace lo teneis en la columna de enlaces de la derecha con el título "Nuevo Blog". Para los despistados deciros que la dirección es http://juanlunasanador.blogspot.com.es

Os veo por allí, donde también teneis el enlace a este blog que se clausura para que no tengais problema en acceder a mis textos antiguos.

Abrazos a todos.

No hay salvación

  En muchas ocasiones las personas, perdidas en su autosueño de locura desenfrenada, van pidiendo sin motivo ser salvadas. Van pidiendo algo que suponga un freno a ese maremagnum de vicisitudes que les sobrevienen y que se obstinan una y otra vez en controlar. Sin darse cuenta, que la expresión de esa necesidad recurrente de control de las situaciones es un reflejo claro y directo del miedo absoluto que les embarga. Un miedo que se hace absoluto cuando domina por completo los actos que realizan, siendo santo y seña, además de origen, de todo lo que emiten ellos mismos. Intentan encerrar la vida en su propia cárcel, la cárcel donde ellos, atrapados en su inconsciencia, han establecido su morada. Es una cárcel que en muchas ocasiones deslumbra, de barrotes de oro, de grandes ceremonias, de fuegos artificiales, de adornos y lisonjas, pero, al fin y al cabo, tu cárcel. Y se empeñan una y otra vez en buscar soluciones de nada, en sacar brillo a unos barrotes de carcoma que sólo ellos, con las gafas de la ceguera bien apretadas, pueden ver hermosa. Ciegos que siguen a ciegos y que gritan y llaman a tu puerta con dureza para llamar tu atención, y tú, que sigues ahí, pretendiendo ser salvado, incluso aplaudes que golpeen fuerte, que hagan ruidos ostentosos en esa puerta que es la dueña de tus silencios más callados, la puerta de tu corazón. Estás dormido, hermano. Estás dormido y por eso necesitas esos ademanes enérgicos que te sacuden despertándote cuando ellos así lo han decidido por ti, puesto que tú mismo, aun sin saberlo, les has otorgado esa gracia. Así, tu ritmo es transgredido, violentado, censurado ante la perspectiva del despertar de los despertares, cuando, en realidad, seguirás dormido. Tú, querido, como yo, como todos, tienes tu propio ritmo, el que marca la nota que te hace único en la gloria de la sinfonía divina, has de aprender a escucharlo. Cuando lo escuches, cuando te escuches, habrá más silencios que palabras, porque hasta tus palabras serán silencios musicados. Se suavizaran tus formas pues la sutilidad de tu vibración te hará comprender y experienciar de manera plena e integra tu condición de eternidad. Descubrirás que Eres y que el único motivo por el que estás aquí es recordarte. No existen carreras, medallas ni reconocimientos para ese tan atribulado objetivo de la supuesta iluminación. Eres luz, siempre has sido luz, y siempre lo serás. ¿Qué sentido tiene entonces la idea de iluminarte? Es el juego de la mente que vive en dualidad, que trata de separar, de clasificar, de controlar, de llevar las riendas de tu Ser por completo. Y para ello se vale de enredos, artimañas, vueltas y revueltas que tratan de hipnotizarte y hacerte creer que es necesaria esa dureza, que es necesaria esa lucha, en definitiva, y en el origen de todo, que para vivir hay que sufrir. Ostentosa y gran mentira ésta que ha quedado establecida como eje de una programación social que nos esclaviza y a la que hemos dado fuerza con la justificación de un falso control de un tiempo que no existe. Un día, querido hermano, te cansarás de caminar armando ruido, pues el ruido no existirá en ti, Te cansarás de caminar dando portazos, pues no abrá puertas que abrir, ya que todo tú serás apertura. Te cansarás de ir diciendo qué decir y qué hacer, pues sabrás que todo en ti, como en los demás, está hecho. Y entonces, sólo entonces, serás, y el compartir será la expresión total y absoluta de ese Amor, que por fin, y ya era hora, has descubierto que toda la creación Es contigo.

Vivir viviendo

(Dedicado a mi amigo Emilio)

No voy ni vengo,

mis pasos se mueven

por el camino del contento.

No abro, no cierro,

todo está abierto.

Soy luz, oscuridad,

el cielo y el infierno,

dualismos representados

que no tienen manifiesto.

Me muevo en el eterno vacío

de estar dispuesto,

a llenarme de vida

en cada momento.

¿Dónde voy?

No lo sé.

No necesito saberlo.

Tampoco sé de donde vengo.

Simplemente soy

y no soy al mismo tiempo.

No hay sujeto ni objeto,

sólo un instante eterno

que no se determina

por las manijas del tiempo.

Es un vivir pleno,

sencillo, completo,

sin ataduras ni complejos,

sin miedos que se te agarren al pellejo.

Nueva vida, libertad y universo,

la totalidad es mi fundamento.

Todo lo que veo me mira,

me hace sentir entero.

No hay divisiones, quebrados,

ni multiplicadores inversos,

solo un Uno, un Ser, eterno,

siempre existiendo.

Navegando ciclos

con su fin y su comienzo,

quietud y movimiento.

Juntando celulas,

cuerpos y miembros.

Trascendiendo dimensiones.

Vibrando firmamentos.

Energías intensas

de Amor sincero.

Vivir viviendo.

Alocado digestivo

Es algo delicioso

ese manjar belicoso

que hace las guerras contigo,

te da la paz del herido

por un vulgar ingerido

que a los sistemas afecta.

El estómago alocado

al intestino remueve

y lo que no va hacia abajo

el interior disuelve,

y tú sigues luchando

en una guerra digestiva,

que por no tener no tiene

ni siquiera diatriba.

Aun así, dulcificado,

por gustos variados,

no atiendes sensaciones,

que despiertan soluciones

a problemas inventados

por un saber olvidado.

El bolo retroalimenta

un malestar recordado,

hasta que al final terminas,

sin haber empezado.

El día que ingieras libre

en el no pensar hallado,

comerás de verdad,

sin comer, serás saciado.

Reflexiones

  I

El pasajero del mañana

tiene como destino

la estación de ninguna parte,

y siempre llegará tarde,

pues en su pasaporte

está sellado el país de ningún sitio.

 

II

Aquél que busca recoger los frutos

del árbol de la cosecha temprana

nunca conseguirá verlos maduros,

pues la naturaleza no entiende de prisas.

 

III

El que bebe el agua

del manantial de la escasez

siempre permanecerá sediento,

pues no existe agua suficiente

para saciar una necesidad que no existe.

 

IV

Cuando la lluvia de la vida cae

es preferible mojarse en abundancia

y no llevar paraguas,

pues se corre el peligro de secarse eternamente

y no tener vida.

 

V

Cuando un ciclo se acaba

has de despedirlo con benevolencia,

para que aquél que esté por llegar

se siente en los ambientes de la bienvenida.

 

VI

El que calla y permanece en silencio

tiene altas posibilidades de escucharse

y conocerse a sí mismo,

porque mientras el ruido le acompañe

se encontrará perdido

en chismes que contaminan su morada.

 

VII

El que respira el aire de la libertad

no tiene cadenas que puedan aprisionarle,

pues aún estando preso

sabe que el lugar donde se halla

es también el hogar del bendito.

 

VIII

El que viaja sin querer saber adónde va

llega a todos los sitios en un instante,

pues se encuentra en el disfrute de la experiencia

que lo lleva en volandas al paraíso.

 

IX

El que se olvida de vivir

no se acuerda de lo que está viviendo,

y pasa por la vida como una brisa,

que apenas deja marca

en el vendaval de la existencia.

 

X

Cuando caminas por tu senda,

sin pretender la del otro,

abres la puerta

para que la magia se haga presente,

descubriendo así tu maestría.

 

XI

El que vibra en el Amor Verdadero

todo lo que toca en Amor convierte,

pues está en comunión con su ser interno,

y la Esencia de lo que es

se plasma en todas sus creaciones.

 

XII

El que sabe que es todo y nada

al mismo tiempo

no necesita saber nada,

pues lo sabe todo.

Vacío disperso

 En el vacío de la autoconfianza no hay lugar para el desvarío. Es desvanecerse en multitud de formas que sólo muestran el adorno de lo que están describiendo y el origen se pierde en el infinito del pensamiento dispersado. Creemos saber y no sabemos, creemos dar y no ofrecemos, estamos dando vueltas en el olimpo del parecer sin serlo. Parar es comprender, sobran análisis y palabrejas, engaños y subterfugios que no hacen más que llenarte la cabeza. Y ahí, en medio de tu ruido, es donde florece la creencia, el ego inaudito acompañando la gesta. Al final, de lo que eres ,ni rastro queda. Es un concierto virtual de distracciones diversas, apartando la verdad, que en el silencio espera. Entonces, lo que importa es destacar, ser la nota sobre la que descansa una sinfonía ya vieja, hablar, hablar y más hablar,es la mente, que no te deja. Es una música que a todos nos suena, de tanto oirla se nos callaron las orejas. Y aprendimos a no escuchar a un corazón parlante que desde el silencio de tu pecho te llama sin tregua. El ego mientras tanto sigue siendo el director de orquesta, pues te tiene entretenido en la pompa de la apariencia. Hasta que un día, cansado de luchar, te rendirás, y abrirás la puerta. La música celestial llenará cada una de tus células,  y bailarás para siempre en la verdad de la vida eterna.

La expectativa

Una dama de gran nombre

por todos reconocida

es la dueña de la mente

de aquél que la cobija.

En un mundo de quehaceres

que buscan quitar la vida

ella campa a sus anchas

sintiendo que no respiras.

Es un ritmo sincopado

el que su danza maneja

dejándote bien enganchado

si no estás alerta.

Te sales de ti al buscarla,

mirarla es estar perdido

en un conjunto de razones

que no tienen desperdicio.

En tu frente queda marcado

ese algo que es objetivo,

encomiendas a ello tu hacer

y más que vivir sobrevivo.

Si no escapas a su ley

el miedo te habrá vencido

porque estar en el mañana

es no estar en ningún sitio.

Abandona su lazo de futuro

y salta a la experiencia de niño,

así vivirás la vida,

sobrarán los motivos.

 

Busqueda encontrada

  Una mañana salí a buscarme, pues no me veía. Rodeado de ciegos, que me miraban sin ver, ni a preguntar me decidía. Anduve perdido en la lejanía de un horizonte que me marcaba un limite que no existía. Quería saber donde mirar para ver algo de lo que la gente decía. Y buscaba y buscaba fuera una señal que me hiciera creer que ese algo que tenía que encontrar no era producto de mi inventiva. Mis ideas, convertidas en ligaduras, trataban de manipular y lo hacían con soltura, entonces yo quería ver lo que otros veían, lo que decían ver y lo que todo iluminado percibía. Mientras, caminaba a la deriva, sin sentido, sin vivir la vida, obsesionado en una proyección de ser, de hacer, de tener, esperando un objetivo que jamás se cumplía. Soñaba con la medalla del reconocimiento a unos logros que la sociedad reconocía, pero eran sueños vanos, superfluos y vacíos de sabiduría. Un día me paré y quise mirar lo que de verdad acontecía. Para ello dejé atras creencias, parafernalias e instrucciones mayoritarias y me fije en mí, en mi mundo y en mi estructura carcelaria. Era una prisión, la mía, vieja, oxidada, carcomida, por experiencias vitales liberada. Y allí en un rincón, estaba la llave de mi alma. La cerradura cedió y abrí la puerta de mi jaula, salí al mundo interior, donde mirar no hacía falta. Allí todo era ver, todo me reflejaba la verdad del no ser nada. En mi hondo vacío me encontré, dejando de buscar lo que tanto añoraba, y amé, tanto amé, que al final , Amor me llamaba.