El silencio me acompaña
Una llama de silencio
se apaga en ecos de una voz despavorida
gritando palabras que no se oyen.
El corazón, palpitante, se delata
entre los ruidos de una mente que no calla.
Te falta el aire,
la fuerza para no decir nada,
cuando te empeñas en decirlo todo.
El respiro te ahoga
y el salvavidas que hasta entonces te protegía,
intentando controlar lo incontrolable,
ya no existe.
¿A qué agarrarte?
¿A dónde ir?
cuando vas a la deriva,
sin timón ni guía.
El viento de la impaciencia
ha esparcido tus velas
llevándote a las antípodas de la imprudencia.
Y ahora, perdido, no comprendes
ese rumbo que te lleva al destino preciso,
donde tu corazón te espera.
Ves llegar la bienvenida,
acordes de armonías infinitas
te hacen llenarte por completo
del sonido de ti mismo.
La divinidad se expresa,
y tú, cuando definitivamente callas,
puedes percibirte.
De repente, todo vuelve.
La ilusión de la partida se desvanece.
Y el silencio,
que creías perdido,
te hace sentir su compañía.
2 comentarios
MARIA REINA -
Rafael María -
Un abrazo de luz.