La delgada línea emocional.
Que fina es la línea que separa una buena amistad de algo más. Que difícil es vivir ambas situaciones en una misma persona. Que difícil es vivir lo primero si anteriormente se ha vivido lo segundo. Se supone que si quieres a una persona la quieres sin tapujos, independientemente de la situación emocional que dicha persona decida tomar con respecto a ti. Entonces te dices "Mejor tenerla como amiga que no tenerla". Esta es la realidad, así debe ser, pero que duro resulta cuando el escozor de la herida está dando aun coletazos. Cuando todo tu yo te pide a gritos ese algo más. Como decía Camilo Sesto en su canción "Melancolía", "Soy su amigo..quiero ser algo más que esoo". ¿Quién no se ha visto en esta tesitura alguna vez en su vida? Incluso algunos somos repetidores. El tiempo actua de bálsamo poniendolo todo en su lugar. Algunos tardan más, otros menos. La experiencia queda ahí como creadora de un marasmo de sentimientos que se viven y reviven hasta que son asimilados, hasta que conseguimos curarnos de apegos exclavistas que apagan nuestra libertad, que limitan nuestro avance. El trabajo es arduo pero yo soy de los que opino que hay que quedarse con los buenos momentos vividos y lo maravilloso que es el haber tenido la oportunidad. El haber estado ahí con esa persona en esos momentos significativos para ambos. Y si con esa persona sigue habiendo una conexión especial que permite que el uno al otro se puedan aportar muchas cosas más de las ya compartidas desde otro ámbito vital u otra óptica de relación ¿Por qué cerrar la puerta a ello?
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