Crecer aprendiendo.
Después del sufrimiento viene el crecimiento. Si eres capaz de aislarte de la maraña de ceguera inconsciente que te obnubila puedes ver el atisbo de luz que siempre ha estado ahí. "Por muy pequeño que sea tu agujero el cielo sigue siendo igual de grande" decían en un maravilloso y encantador libro que recomiendo encarecidamente. ("El laberinto de la felicidad"). Cuando uno está cegado y sólo se ve a si mismo que fácil es caer en la autocamplacencia, en el desánimo, en la tristeza, en la añoranza de lo que creemos perdido y que no tiene visos de volver. La cuestión es, como dice mi amigo Guy Braekman, dejarlo estar. No entrar en el conflicto, tratar de verlo con perspectiva y aprender de la situación que la vida nos ha traido. Pero, que fácil es decir todo esto,¿Verdad? El ser humano está lleno de conflictos de naturaleza generalmente emocional y todos los conflictos parten de una misma base: La Falta de Amor. En este mundo no sabemos lo que es el Amor. No nos queremos. No sabemos querernos. Y si uno no sabe o no se quiere a uno mismo, ¿Cómo puede pretender querer a los demás?
Con todo esto no les quiero decir que le den al interruptor y apaguen su vida sino todo lo contrario. Lo que trato de decir es que intenten no dejarse llevar por la vorágine de una rutina que los ata, los emboba, los convierte en borregos de si mismos. Traten de ver en cada momento una oportunidad que se les brinda para aprender. Vean a los demás como iguales que están ahí para compartir con nosotros aprendizaje. Cada cual a su ritmo,en su dirección, a su modo, con sus decisiones. Todos y cada uno igualmente respetables. Y observense, conozcanse, mirense y vean lo que son en realidad, con sus puntos negros incluidos. Aceptense. Aceptemonos todos. Somos espejos de la persona que comparte con nosotros ese momento único. Ábramos nuestro corazón a dar y a recibir. Sólo así podrá fluir la energía creadora del amor por todo nuestro ser. Sólo así tendremos consciencia cierta de lo que somos. De que todos somos uno y estamos unidos por lazos energéticos invisibles para la mayoría pero que están ahí. Cultivemos la paz y el amor en nuestros corazones. No hay que dejar de intentarlo porque una sola gota de amor verdadero tiene más fuerza que mil oscuridades. Cambiemos nosotros y el mundo cambiará.
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