El cambio
LLevo ya cuatro días en mi nuevo trabajo. Finalmente llegó casi en identicas circunstancias a las que había pedido ya que se presentó cuando aun no había dejado mi anterior ocupación y con algunas de las condiciones que esperaba. Aun es pronto para decir nada pero me apetece soltar aquí mis impresiones de este nuevo comienzo. En este breve tiempo ya he podido ver que las diferencias entre ambas ocupaciones son grandes y que es un buen reto el que se me presenta. Así lo quería yo. Voy a echar de menos muchas cosas del trabajo que dejé atrás, sobre todo a nivel humano (esto va por ti manué). Allí aprendí a ser más yo sin tapujos que me cortaran las alas de expresión. Aprendí como el cariño despierta a los corazones y es la savia de la vida. Aprendí a aprender si dar nada por sentado. Estos seis años y cinco meses atrás han sido maravillosos. Echaré de menos la charlas frente al cafelito, y sin él. Las tostás con jamón, y sin él, del bar de Paco. A ciertos clientes que se convirtieron en personas cercanas.
Ahora empiezo otra nueva etapa. Una empresa de mucha más dimensión en la que la exigencia es directa y el trabajo es lo primero. Eso sí, al las personas se las tiene muy en cuenta y se les remunera por él. Mi responsabilidad es grande y sólo dos personas están por encima mía en el escalafón. En estos primeros momentos me siento un poco abrumado ante la novedad. Me pregunto si seré capaz, pero sé que estoy donde debo estar. Todo es un aprendizaje y esto es un paso más en el mío, mi trabajo es estar ahí. Abrirme y dar lo mejor para que todo fluya. La cosa no será sencilla, pero si estoy aquí es porque es mi momento y estoy preparado para ello.
Abrazos a todos.
Juan
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