Letras invernales
Cuando el invierno abriga con su gélidas temperaturas la cálida manta de las palabras es utilizada. Los momentos de recogimiento se hacen más presentes y la lluvia de esparcimiento interior se precipita. Manantiales de expresión recorren un espíritu hambriento de aperturas. Lo inverosimil se hace sencillo y la magia comienza. Surgen encantamientos floridos en cada sílaba y la felicidad es transportada en la barca de mis frases. Es toda una explosión de júbilo tranquilo la que se manifiesta, pues canta verdades en medio de incoherencias. Todo tiene sentido pues el sentido es una quimera. Es un juguete del análisis que atrapa en por qués y no da rienda suelta. El escaparate de libertad que la vida me muestra me enseña a decidir que lo que yo decida será la senda correcta. No importan los demás. La madre, el padre o quien coño sea. El que importa soy yo, tú, es decir, lo que quieras. Tú eres el creador de tu vida entera así que actua de una vez, no me andes con jodiendas. Lo que digan los otros son los espejos de tus propias certezas, así que no te dejes atar por opiniones inmensas. Tu propia opinión es la que vale ¿Te enteras? Me digo esto a mí mismo. A ti, que lees estás letras. ¿Y que saco en conclusión? Que de libres puñetas. Estamos atados por prejuicios, fronteras, carencias, miedos... y miles de temas. Pero al final, ¿Con qué me quedo? Conmigo, contigo, con el que sea. Y con este invierno que da vida a mis letras.
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