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juanluna

Competencia, competitividad, competición

  Estaba yo hace unos días inmerso en una conversación en la que se debatía la utilidad o no de la competencia, o quizás debería decir mejor competitividad. El hecho es que se postulaba que la susodicha competitividad servía para superarse uno mismo. Ante la supuesta "presión" de un rival uno saca lo mejor de sí y el resultado se multiplica. No dudo que esto pueda ser así, claro que, según el caso y la circunstancia, esto resultaría poco probable de establecer como generalidad. En mi opinión, habría que darle la vuelta a la argumentación y preguntarnos por qué es necesaria la competitividad para sacar lo mejor de nosotros mismos, para superarnos. El error parte de la base y cuando construyes sobre una base erronea el edificio, por muchas luces y bambalinas que tenga de cara al exterior, es falso. No hay rival. No hay competición. No hay comparación. Todos somos uno. Unidad. Unión. Amor.

 La competencia, la competitividad, la competición, tiene una sola y única base, el Ego. Se parte de un ser "mejor que", "más que", de estar por encima de alguien que no es más que otro tú. Es completamente aceptable, muchos me diréis, que en esta "realidad" que vivimos hay unas pautas establecidas y que todo, desde el más estresante de los trabajos al más sencillo de los juegos, implica su dosis de competitividad. Aunque podría hacer mis observaciones al respecto no las voy a hacer porque esto es algo que existe, que está ahí. ¿Por qué? porque nosotros lo hemos creado. El fundamento de todo juego es fluir, divertirse, y esto se ha visto desvirtuado por normas y reglamentos muchas veces tan estáticos que sólo posibilitan tensión. La tensión lleva al desequilibrio y el desiquilibrio al malestar. No obstante, si lo miramos desde una vertiente formadora, si consigues no "apegarte" al juego, éste puede ser un vehículo maravilloso para cultivar el "estar presente". Sentirte tú, uno, con todo y con todos. Sentir tu cuerpo como instrumento de tu manifestación en la materia. Entonces, sin apenas darte cuenta, se perderá el competir, el ansia por ganar, por ser más o mejor que. Y estarás superándote. Pero será una superación más auténtica, más profunda, duradera. Una superación no cuantificable, no medible, aunque eso sí ,mucho más plena que cualquier superación o satisfación emanada de la competencia.

2 comentarios

Juan -

Querida Cristina, ni que decir tiene que fue un verdadero placer compartir contigo esos momentos del sabado. Cuando las almas nos unimos en la sintonía del amor incondicional que emana de los corazones, todo fluye.

P.D.: Puedes contactar conmigo en javario@telefonica.net

Cristina -

Querido Juan, Buscador, a quién coinocí por primera vez el sábado pasado, en la tertulia del Círculo Sierpes! Frente a la competitividad, Cooperación, ante la sustración, Compartir, ante la separación y el miedo Amor!!
Un fuerte abrazo
PD. Cómo contactar contigo?