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juanluna

Sumergiéndome en profundidades

  Sumergido en las cuestiones de la cotidianidad me despierto de la dormidera generalizada intentando no entrar en juicios que oscurecen la expresión de mi mismo. Multitud de acontecimientos se manifiestan en el vivir para hacerme consciente de que cada paso es igualmente importante. El desparrame de informaciones desinformadas es tal que, a veces, cultivar el discernimiento innato de nuestro ser se vuelve una tarea harto complicada. Acudo a la sencillez, a que lo que existe es una muestra de una dualidad manifiesta que nos lleva a elegir. La elección es el disparador de tu creación constante, el agua de tus campos de amor regante, el pensamiento echo arte. Sí, eliges, estás constantemente eligiendo y eso es inevitable, incluso no elegir es una elección que se contradice a sí misma en la palabra pero no en el acto que hay detrás de ella. Es como los carteles que prohiben fijar carteles en esos muros vacíos de anunciantes que vemos por las calles ¿no son acaso ellos mismos una supuesta contradicción?

  La "realidad" se nos llena de historias que nos muestran una y otra vez la experiencia dual de esta tercera dimensión de la materia en la que "vivimos". Que si los presupuestos de aquí o de allá, que si el volcan de Islandia con su dichosa nube, que si Garzón es o no es, que si actos de democracía o de antidemocracia, que si la trama Gurtel, que si el sistema financiero, que si el desempleo no tiene fin, que si la culpa es del gobierno, que si la culpa es de los bancos, que si el PP o el PSOE, que si la iglesia y los sacerdotes pederastas, que si el velo o el no velo, que si los crucifijos o no en las aulas...etc una y otra vez vueltas y vueltas a la misma tuerca. Y todo, ¿para qué? para acabar constantemente diciendo u oyendo por doquier lo que Camilo Sesto cantaba en su canción "Melancolía": "Y ya no puedo más, ya no puedo más, siempre se repite la misma historia [...] estoy harto de rodar como una noriaa"

  Todo es lo mismo y no puede ser más que lo que es, siempre ha sido y siempre será. Manifestación continua de un grado consciencial existente (el nuestro). Si nuestro grado consciencial cambia la manifestación cambia. Y esto amigos ya se está produciendo. Sólo hace falta pararse a ver algo más allá de la cáscara, dejar la superficie y adentrarse en las profundidades, sin miedo, con confianza en nosotros mismos, en lo que somos y siempre seremos, una expresión de la Divinidad, eternos, luminosos, amorosos. Esto es lo que se ve en todo ser humano cuando uno se adentra en las profundidades. Lo demás es futil, es cambiante, y no es ni más ni menos valido, está y existe porque tiene una razón para existir, el servirnos de instrumentos para nuestro autoconocimiento. No necesitamos que no digan lo que es la vida. Somos vida. Salgamos a verla y a vernos por nosotros mismos con los ojos de la sabiduría. La sabiduría que reside en el Amor Incondicional y su plena expresión en todo lo que existe. El equipo de buceo para llegar a las profundidades ya lo tenemos, siempre lo hemos tenido, así que ¡adelante! Entonces lo descubriréis. Desapareceran los juicios, las discusiones, las etiquetas... cada uno a su ritmo, en su momento, y nuestro mundo será otro.

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