Comunicad el Amor
Una cuestión que está ultimamente muy presente en mis conversaciones, en mi sentir, en mi interior, es el tema de activarnos consciencialmente a través del discernimiento ante toda esta sobreinformación que nos abruma. Está más que comprobado (y a los hechos me remito) que los medios de comunicación "oficiales" (tv, radio, prensa) nos bombardean constantemente con datos y más datos, que, en la gran mayoría de los casos (por no decir en todos) sólo sirven para llenarnos la cabeza y mantenerla ocupada con la droga de la actividad ignorante. El sistema se retroalimenta en esta era de la comunicación global y, ya sea a con una información desinformante, o con espectáculos varios para entretener a la plebe (estos somos nosotros), nos capacita en la incapacitación de autoconocernos. Esta pauta está tan extendida y el programa funciona tan bien que ha invadido nuestra vida de tal manera que hasta los teóricos mensajes, canalizaciones, manifestaciones y demás actos en pro de la nueva consciencia pueden adolecer de ello (así que no se crean nada de lo que les digo a ciencia cierta, dejen que su corazón les hable y parense a escucharlo).
La red de redes es el vehículo ideal para la transmisión de todo tipo de informaciones, como todos sabemos. Y si bien por ello es propicia para mostrar aquello que no quieren que se muestre, también lo es para alimentar la confusión existente con tal desparrame de cuestiones que al final, volvemos al punto de partida, nuestro Ser. La boca se nos llena de cuestiones, calificaciones y pretendidos juicios, cuando, en realidad, todo lo que necesitamos ya lo tenemos con nosotros. Que si debemos luchar contra la oscuridad y debemos permanecer en la luz. Que si los maestros ascendidos o no ascendidos por ser tales han de manifestarse de cual o de tal manera. Que si hay que seguir esos pasos, a esas horas, en esos días, o con esa gente porque son los guiados por el maestro de maestros...etc Queridos hermanos, el maestro, los maestros, Dios, están en ti si tú te decides a convocarlos. Tú eres yo y yo soy tú. Todos somos Uno. La unidad. ¿Cómo puedo pretender ser uno con la Divinidad si excluyo a alguno de mis hermanos por sus actos, pensamientos, cultura, raza..o cualquier cosa que se nos ocurra? De verdad pensáis que el Cristo (tan venerado e idolatrado, cosa que estoy seguro que él nunca pretendió) hacía exclusiones. No. El Maestro Jesús se dirigía a la porción divina y eterna que hay en ti por encima de cualquier carcasa mortal que pudieras tener en ese momento y le daba a cada uno lo que necesitaba y había venido a buscar al encontrarse con él, siempre desde el Amor Incondicional, como no podía ser de otro modo.
Por eso os digo, queridos hermanos, seamos integros y consecuentes con el mensaje que damos. Apliquemonos en nuestro principal campo de juego, la vida cotidiana. ¿Cómo podemos pretender hablar de Amor y no hablarnos con nuestra familia, mantener rencores y no perdonar? Es inadmisible, ¿no es cierto? Amemos hermanos, a cada instante, en cada momento, desde el Ahora, en un continuo presente. Y la luz divina resplandecerá en nosotros.
Ya lo dijo Jesús hace dos mil años "Amaos los unos a los otros, como yo os he amado".
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