Recordándonos

Mi querida Cristina me hizo llegar los enlaces a los videos (del que aquí os adjunto la primera parte) de una entrevista con un chico argentino de 23 años que nos habla de una manera completamente natural y sencilla de aspectos tan fundamentales como la evolución de la humanidad, las distintas dimensiones, los niños índigo y cristal, la archiconocida y extramencionada cifra del 2012...etc. Este chico, de nombre Matías De Stefano, nos hace saber cómo todos somos absolutamente iguales, cómo no existe el bien y el mal y cómo todo está existiendo en un mismo momento: El Ahora. El tiempo es un invento, es la expresión de la degeneración de la materia en la tridimensionalidad. Desde que era pequeño veía seres y empezó a recordar sus vidas anteriores, que plasmaba en dibujos, así como diversos lenguajes de civilizaciones antiguas. En todo momento tuvo el apoyo incondicional de su madre, que en momentos especialmente difíciles, como la franja de edad entre los 12 y los 18 años aproximadamente, durante los cuales sufría fuertes dolores de cabeza, creyó totalmente en él y no lo derivó hacia cuestiones que podrían haber ralentizado su evolución al tomar todo lo que estaba pasando como un proceso enfermizo. A medida que fue creciendo fue recordando más y más, recibiendo muchísima información, cosa que, según él, estaba preparado para recibir de antemano, ya que, en otras vidas, había estado realizando labores en los archivos akáshicos, que, como sabemos, contienen toda la información referente a la humanidad como colectivo y a cada ser en particular.

  Independientemente de la historia particular de Matías, el caso es que he vibrado instantaneamente con su mensaje. El hecho de mostrar cómo todas las dimensiones existen en un mismo momento y cómo seres de dimensiones incluso superiores a la sexta están aquí encarnados para ayudarnos en este proceso de transformación de la Madre Tierra. El hecho de hacernos ver cómo hay seres de dimensiones muy altas (sobre la decimoquinta) que pueden tener aspectos pendientes de esta tercera dimensión, nos lleva inmediatamente a olvidarnos de niveles y etiquetas, ya que los tan renombrados "niveles" (causa de separación entre nosotros más que otra cosa) no son más que un muestrario descriptivo de la belleza de la creación en base a frecuencias vibratorias. Por otro lado, otra cuestión para mí muy llamativa es el catalogar la luz o la oscuridad como una simple elección, sin menospreciar ninguna frente a la otra. LLega a decir, en un momento de la entrevista, que muchas almas eligen el camino de la oscuridad porque, al estar lleno de obstáculos y pruebas (que nosotros mismos hemos decidido ponernos, valga la redundancia), posibilitan el que se puedan dar saltos evolutivos y avanzar más rápido, asumiendo claro está, como en todo caso, el riesgo de la elección. También hace referencia a los niños índigo (que sobre todo llegaron a partir del 87, aunque algunos llegaron antes) y a los niños cristal (llegados a partir del año dos mil). Estas denominaciones tienen que ver, cómo no, con la vibración, con los colores predominantes en su aura. Los índigo, de los que el propio Matías es una genuina representación, vienen en consonancia con la vibración que necesita y que tiene nuestro planeta en estos momentos. Su misión es la de transformar, la de transmutar, la de generar cambios, pero no desde el conflicto y la lucha con las viejas energías, sino desde la aceptación y el Amor. Por su parte los niños cristal, así llamados por la predominancia del color blanco luminosamente transparente con ellos,  son el Amor Incondicional hechos personas. Por tanto, y en definitiva, no son un porcentaje de "niños especiales", son todos los niños que llegan en estos momentos en consonancia total con nuestra Tierra, que ya se halla en cuarta dimensión. Para terminar, y haciendo referencia al 2012, no es que vaya a ocurrir nada que no esté ocurriendo ya, sólo que de manera cada vez más acelerada. Considerémonos afortunados y asumamos nuestra parte de responsabilidad al haber elegido encarnar para estar presentes en estos importantes momentos de cambio dimensional.