Gracias Matías
He tenido el placer de asistir al Taller Ater Tumti (El Cielo en la Tierra) de Matías De Stéfano aquí en Sevilla. Ha sido un auténtico lujazo y he podido constatar todas las impresiones que me transmitía, como ya os conté en el texto que precede a este, personalmente. Lo primero que me impresionó de Matías, nada más verlo, fue su juventud, ya que al natural se acerca mucho más a la percepción que se puede tener de un chico de su edad (sólo tiene 23 años) que a través de la distante pantalla del ordenador gracias a los videos que existen de él online. Pero todo esto no es más que la apariencia, porque detrás de este muchachote de la Argentina (como les gusta decir a ellos) se me mostró una increible amalgama de sabiduría (la que da la propia experiencia) transmitida con una sencillez, un amor y una naturalidad que a mí me conquistó al instante sin paliativos. Sus palabras eran seguras sin caer en absoluto en ningún tipo de orgullo y prepotencia, características que estaban ausentes en él de manera absoluta. Todo lo contrario, cuando se le presentaba una cuestión que estaba fuera de lo que él califica como su misión (tiene muy claro que es la de transmitir la memoria cósmica universal y ayudarnos a recordar) tenía la honradez y la honestidad de responder claramente con un "no sé" o "ese no es mi asunto". Ciertamente que me quedé con ganas de disfrutar más tiempo de su compañía, pero todo se había trazado para que su visita fuera corta e intensa.
Me declaro desde aquí absoluto admirador tuyo, Matías. Y no porque tú seas más importante que cualquier otra persona o que yo mismo, ya que todos somos igualmente importantes y tenemos nuestra labor y nuestra misión en el conjunto del Todo, sino porque sintonizo contigo, compañero, al cien por cien. No entro en detalles porque cada uno tiene los suyos y son los adecuados para su proceso particular, pero, no obstante, tu simpatía, tu manera de quitar peso a etiquetas establecidas, a argumentos definitorios, y a verdades absolutas, vibran con cada célula de mi ser. El confirmarme claramente en el hecho de que todo es perfecto, de que todo lo que existe tiene una función y de que somos seres multidimensionales, universos en nosotros mismos, desata en mi una corriente de autoafirmación, de convencimiento, de alegría...etc que me llena plenamente. ¡Felicidades, hermano! Por ser consciente de esa labor tan maravillosa que realizas y hacernos partícipes a todos de ello.
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