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juanluna

Historia de un cabezudo

De tanto pensar

se me agrandó la cabeza.

Me perdí y la perdí,

pero la llevaba puesta.

Todo el mundo miraba

mi impresionante testa,

yo seguía y seguía

buscando la respuesta.

Mientras más pensaba

más crecía ésta.

Un día alguien me vió,

deteniendo mi impaciencia,

mi cabeza se achicó,

creciendo mi consciencia.

Desde entonces soy yo,

pleno, entero, con certeza.

Mi corazón me agrandó,

lo que se busca se encuentra.

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