Alocado digestivo
Es algo delicioso
ese manjar belicoso
que hace las guerras contigo,
te da la paz del herido
por un vulgar ingerido
que a los sistemas afecta.
El estómago alocado
al intestino remueve
y lo que no va hacia abajo
el interior disuelve,
y tú sigues luchando
en una guerra digestiva,
que por no tener no tiene
ni siquiera diatriba.
Aun así, dulcificado,
por gustos variados,
no atiendes sensaciones,
que despiertan soluciones
a problemas inventados
por un saber olvidado.
El bolo retroalimenta
un malestar recordado,
hasta que al final terminas,
sin haber empezado.
El día que ingieras libre
en el no pensar hallado,
comerás de verdad,
sin comer, serás saciado.
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