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juanluna

El origen del conflicto

  En el discurrir de la vida me doy cuenta de lo fácil que resulta en multitud de ocasiones (debido a nuestra manifiesta inconsciencia del ser en mi opinión) caer en razonamientos, en actitudes, que te llevan al "extremismo". Como resultado de ello el efecto automático que se produce es una situación de tensión, no buscada intencionadamente, que parte del tensionado para afectar a todo lo que le rodea. Y donde hay tensión emerge el germen del conflicto, donde hay tensión hay atasco, no se fluye, no hay liberación.

  Muchos tienen muy instaurado en sí mismos el concepto de "lucha". Muchas doctrinas te dicen que la cosa está muy mal y que la culpa de que todo esté tan mal es de esto, lo otro o lo de más allá. Hay que luchar para lograr. Hay que luchar para que tengamos una vida mejor en todos los sentidos. Entonces, con una intención y un propósito de acción que es maravilloso, que es el buscar las condiciones para que todo y todos estemos mejor, actuan, pero el resultado no llega. Y yo me pregunto y me contesto un por qué (que no tiene que ser el "correcto" ni el "único" pero es el mío), el por qué está en el origen. Se parte de un postulado de culpa al exterior, de los "malos" y los "buenos", de "explotadores" y "explotados"...etc Así sólo se produce una cosa a medio o largo plazo: enfrentamiento, conflicto, tensión... con lo que sin pretenderlo, sin darse cuenta, están generando ellos mismos la situación de la que quieren escapar.

  Desde el momento en que una persona, teniendo las ideas que tenga, no respeta a otra cuya visión pueda ser muy diferente, está contaminando la raíz de su árbol vital. Por mucho que crea crecer nunca va a dar su fruto. A partir de aquí todos deberíamos pararnos, mirarnos y reflexionar sobre nuestras palabras y actos. "¿Me llevan a la paz?"  "¿Me hacen sentir bien?" "¿Hacen sentirse bien a todo lo que nos rodea?" Si alguna de estás simples preguntas no tienen un "sí" como respuesta es que tenemos que seguir trabajando en nosotros. Y modestamente pienso, que nos queda mucho por hacer.

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