Hsin Sin Ming Meditaciones (XCI-XCIV)
XCI
Nada de lo que para el yo
es bueno o malo, falso o verdadero,
existe en Realidad.
Lo que realmente Es
fluye desde la divinidad que todos, siendo Uno, Somos.
Siente el influjo de esta divinidad,
constata la Presencia de Cristo en ti.
No se puede definir con palabras,
pero si percibirla con nitidez.
Supera la idea de una identidad personal,
supera también la idea de Ser.
Constata como Cristo vive en ti
y, a través de Él, el Padre.
Cristo se manifiesta en mí
al igual que el Padre se manifiesta en Él.
Y los tres somos Uno
en la Unidad del Ser Uno.
XCII
No permitas que el ego ponga límites
al libre fluir de la Esencia divina
en la que Eres y en la que Todo Es
en armonía y equilibrio absolutos,
sin ruptura ni dualismo alguno.
Deja que la Paz Crística te inunde
te desborde, te envuelva, te llene.
Y siente tu fusión en Cristo mismo
y, a través de Él, la comunión con el Padre.
Mírate al espejo de lo Real y conócete a ti mismo.
Tamaño conocimiento hará brotar de ti la verdad:
vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi.
La Creación es Perfecta.
La Gran Fuente o Padre es Perfecta.
Cristo, como el Padre, es Perfecto.
Y Cristo vive en mí.
Proyecto interior y exteriormente tanta Perfección,
lo hago con Amor
y Soy la Perfección que Todo Es.
XCIII
La superación de la idea de una identidad personal
elimina las barreras del ego
que impiden que se desenvuelva plenamente
quien realmente eres:
Energía Crística, Vibración Pura.
Y en la medida que tal Energía te inunda y florece,
superas igualmente la idea individualizada de Ser ,
constatando que tu dimensión espiritual
es una manifestación concreta de esa Energía Crística,
que se plasma en otras muchas manifestaciones
que de ella brotan como si manasen de un manantial.
Todos los secretos quedan entonces desvelados:
tú no vives, es Cristo quien vive en ti
Se proyecta a través de tus vivencias y experiencias,
para llenar de Amor cuanto eres y te rodea.
XCIV
La vida física se desarrolla en la Tercera Dimensión,
definida por el espacio- tiempo finito,
la dualidad y la materialidad.
Inmersos en ella, hombres y mujeres tienden a creer
que las Dimensiones de mayor rango,
a las que llaman celestiales y angelicales,
son más sutiles, abstractas y difusas.
Nada más lejos de la verdad,
pues esas Dimensiones son radicalmente reales,
mientras que la Tercera es puramente holográfica.
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