Hsin Sin Ming Meditaciones (XCVI-C)
XCVI
Confeccionadas con Esencia divina en forma de vibración,
como quien teje una red con ondas de energía,
y basadas en unos mismos principios
emanados del Diseño Inteligente de cuanto Es y Existe,
hay múltiples Dimensiones en la Creación
y, en ellas, muchos Omniversos
cada uno de los cuales contiene multitud de Universos.
Todos tiene en la Esencia divina su anatomía sutil,
por lo que el Amor fluye por la totalidad de las Dimensiones
y explica el por qué de cada una de ellas,
sea cual sea su rango específico,
impregnando la globalidad de modalidades de vida
y experiencias conscienciales que en ellas se desarrollan.
El Amor es Uno,
no admite distinciones interdimensionales,
identifica y fusiona la Creación
hasta hacer imposible su separación en partes
y constituye lo único Real
que un ser humano puede proyectar sobre el escenario virtual
de la Tercera Dimensión en el que despliega su vida física.
XCVII
Muchas personas, desde el grado de consciencia que asumen,
quieren cambiar el mundo
para adaptarlo a su visión particular del mismo.
Y se plantean actuaciones y maneras
para transforma la realidad material en la que viven.
Pretenden, con ello, transformar lo exterior desde el exterior,
lo material desde lo material,
el océano desde las olas.
Nada consiguen con ello,
salvo continuar enredados en el juego virtual
que es la naturaleza intrínseca de ese mundo,
la esencia innata de esa aparente realidad.
XCVIII
El ser humano sí puede cambiar el mundo,
pues cuenta con fuerza y energía suficientes
para transformar la Matriz Holográfica en la que se desenvuelve.
Pero el poder para ello radica en su interior:
es desde su interior y desde la metamorfosis profunda
como las personas pueden cambiar el exterior.
La clave para ello es el Amor.
Si proyectas Amor en el escenario virtual,
éste mutará fehacientemente.
Y si proyectas constantemente Amor Incondicional,
sin excepciones, absoluto y puro,
alcanzarás el Gran Cambio:
la Matriz Holográfica empezará a diluirse ante tus ojos
y dejarás de interpretar un grado de consciencia
para ser Consciencia plena,
comprobando que Todo es Perfecto.
XCIX
Para que el Amor Incondicional te inunde
y sea lo único que proyectas desde tu interior,
recógete en la paz y el silencio de tu Yo más profundo,
práctica una meditación dirigida a disolverte en el Campo Crístico
al que perteneces y en el que te integras
y dejáte envolver por su Esencia.
El Amor llenará todo tu ser,
que ya no será tal, sino Amor mismo.
Cuando experimentes tal Transfiguración
estarás cara a cara con quien es el Camino, la Verdad y la Vida.
Y verás que no es Él, sino que eres Tú,
pues Él es quien vive en ti, no tú.
Ya no interpretarás ningún papel
en escenario virtual alguno,
pues no asumirás ningún grado de consciencia.
Habrás superado la identidad personal,
también la idea de ser,
y serás la Consciencia misma.
El Amor en el momento presente
y en la cotidianeidad de la existencia
será entonces la experiencia que desplegarás
en cualquier Dimensión, mundo o circunstancia.
C
Medita en la Paz Crística,
sumérgete en la paz interior que atesoras,
empápate del Amor que la impregna
y expándelo como los soles proyectan sus rayos.
La tridimensión lo absorberá dichosa
hasta transformarse cual oruga en mariposa,
culminando la presencia del Cielo en la Tierra
y lanzando a ésta hacia una nueva Dimensión.
En la Paz Crística se reúnen todas las Bendiciones,
todos los Rayos Solares, todas las Potestades Divinas.
Y esa Paz es la Tuya y eres Tú
en la unidad de Cristo fusionado con el Ser Uno.
No eres una persona,
no eres un ser:
eres Cristo mismo, Él es quien vive en ti.
Eres Amor y Paz Crística
desenvolviéndose en experiencias.
Disfruta de ellas, fluye en la Providencia,
llena la Vida de alegría
y expande la Consciencia.
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