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juanluna

Opinión

Lo pequeño es grande

  Multiples ocasiones he manifestado la importancia de lo sencillo, de practicar la humildad en todos los aspectos de nuestra vida, de compartir, de abrirse a dar y recibir. Aquí os vuelvo a reincidir en lo catalogado como "pequeño". Siempre se ha dicho que no se puede empezar una casa por el tejado, que no se puede aprender a multiplicar antes que a sumar. La historia del ser humano está llena de etiquetamientos, de supuestos niveles de funcionamiento. La consciencia del ser humano básica ha sido siempre la de un cuerpo con cinco sentidos que se mueve a lo largo de una vida "limitada", presa de incertidumbres, accidentes, casualidades, y de un progresivo deterioro de las funciones vitales que es lo que nos lleva a la muerte. Esta es la historia que nos han contado y que nos habíamos creído. Pero esto ya no es así para muchos.

  Estamos viviendo tiempos de movilizaciones, de zarandeos a todos los niveles, y tanto movimiento puede llevar a marearte si te empeñas en engancharte a una noria que no para y que no es más que eso, un cúmulo de enganches y ataduras que están ahí para mantenerte ocupado, entretenido, olvidandote de ti, de tu auténtico ser. Las hay para todos los gustos. Están las oficialmente aceptadas por todos. Los medios de "comunicación", con la televisión, como dueña y señora a la cabeza, son los principales artífices de esta programación controlada que nos vuelve inconscientes inculcándonos apegos, comportamientos... Actitudes tales como la avaricia, la glotonería, el consumismo, todo ello al servicio del poder establecido, del Ego. En la antiguedad ya en tiempos del Imperio Romano se seguían las pautas actuales. No es dificil, sino más bien todo lo contrario, establecer las similitudes. Existía un emperador (ahora lo llamamos mercados), una nobleza y clase dirigente (ahora grandes poderes financieros, organizaciones que mantienen el poder con el paso de las generaciones creando y destruyendo a su antojo, como pueden ser, por ejemplo, las logias masónicas, la iglesia, o los club como el Bilderberg) y por último la plebe (la gran mayoría de los seres humanos). Para mantener a la plebe en la inconsciencia y así poder controlarla facilmente el emperador utilizaba el circo (en la actualidad se ha convertido en medíatico), cuya mayor atracción era la lucha de gladiadores (personas que eran cuidadas en extremo, idolatradas incluso, y cuyo destino era, en la mayoría de los casos, la muerte. En nuestro S.XXI está claro que este papel lo juegan los deportistas profesionales, y muy en especial los futbolístas, que por darle patadas a una pelotita son subidos a los altares y viven en la abundancia y la desmesura. El parecido en lo planteado es más que razonable ¿no es cierto?

  Por otro lado, existe otro ámbito que también en muchos aspectos puede estar imbuido de ese propósito de control instrumentado a través de mutiples actos para mantener al personal ocupado y, que en realidad, no llegue al profundo conocimiento de sí mismo y con ello de lo demás, que es el proposito sublime de todos los que por aquí, por este maravilloso planeta nos movemos, lo sepamos o no. Ese ámbito es el conocido de manera generalista como Espiritualidad. Está claro que las energías que se mueven el Universo, y por extensión en nosotros, propician acciones de trabajo personal para la depuración y limpieza de las almas y el descubrimiento de la Unidad, pero, unido a esto, hay toda una parafernalia muy potente que, si no aprendemos a pararnos, a sentir y a vibrar con lo que en realidad siempre hemos sido, nos arrastrará, nos entretendrá y nos volverá adictos a toda clase de cursos,métodos, ceremonias, videncias, charlas, canalizaciones...etc Todo lo tenemos ya de antemano, siempre ha estado ahí.Somos Dioses en potencia, creadores de nuestra vida. Por tanto, y de ahí mi sugerencia en el título, vayamos a lo pequeño, a lo sencillo, porque nos muestra facilmente lo que somos sin dar pie al entretenimiento mental que nos adormece. Parémonos a sentir, esto es lo realmente importante.Tú eres un gran maestro y si te parás a sentir y a confiar en lo que sientes, sabrás, sin más, y podrás discernir, trayendo así a tu vida la verdadera libertad. Pequeños grandes maestros son nuestros niños. Sin interferencias, todo corazón y sabiduría innata, porque ellos son los mejores espejos, los más limpios, para mostrarnos eso que ya sabíamos y que habíamos olvidado, que somos Amor, tan simple y tan grande a a vez.

Os amo.

Un nuevo año

  Empieza el año 2011, tras las fiestas navideñas como marca la tradición en nuestro país. Muchas personas andan ya preguntandose a sí mismas si el contenido de las susodichas es el que se plantea, y en base a ello modifican su manera de enfocar y reaccionar en lo que a ellas se refiere. Un capítulo importante merecen nuestros niños, la sal de la vida. ¿Es conveniente mantener el montaje de una ilusión falsa que justifica un consumismo voraz? ¿Es mejor decir claramente la verdad y explicar a nuestros hijos lo artificioso y mentiroso de todo lo que se monta alrededor de algo que también es falso? Muchos dirán automaticamente que todo es para mantener en el niño una tradición, una ilusión que les haga alegrarse al justificar las reuniones familiares y recibir los muy diversos regalos que se reciben en esta sociedad del desparrame. Otros dirán que ya es hora de que se venga abajo este castillo de naipes y que por supuesto tenemos que empezar por la base contando toda la verdad (al menos de la que tengamos conocimiento). El primer argumento tiene su principal apoyo en el aspecto emocional ya que se dirige directamente a la alegría que supone para los pequeños el festejar y recibir regalos y que por tanto para qué acabar con una tradición que va pasando de padres a hijos y que no tiene nada de malo continuar. El segundo argumento se apoya en el hecho de que toda mentira debe ser erradicada y que por tanto todo sentir o ilusión que se base en algo falso por extensión también es falso.

  Yo, modestamente, me situaría en medio de ambas posturas. Explicaría al niño o a la persona en cuestión con pelos y señales, percibiendo claramente de antemano a quien me dirijo y por tanto su capacidad de entender o absorver según qué información, las circunstancias que rodean todo y de qué se deriva, así como mi versión de lo que fue y que no tiene nada que ver con lo que se representa, siempre con la humildad por delante. Esto no quiere decir que me meta a mí mismo y a los que me rodean en un caparazón y rechaze de plano todas estas manifestaciones, al contrario, participaría en ellas y las disfrutaría, pero siempre desde la integración y desde la consciencia de lo que es. Es decir, que hay reuniones con comilonas pero donde lo que se transmite son risas, compañerismo y bienestar, aceptado; que hay encuentros con familiares a los que se ve poco pero donde se disfruta el momento y la armonía del mismo dentro de las posibilidades de cada uno, aceptado; que hay cabalgata de "reyes magos" ostentosa pero que es una excusa para unirse, aceptado. Pero, eso sí, consciente del montaje y la parafernalia que rodean todo esto y que crean un mundo de falsa ilusión que no es el más propicio para el conocimiemto de uno mismo y por ende de los demás. Otra cuestión sería cuando todo lo que he descrito no fomenta la unión entre las personas que comparten dichos espacios y dichos momentos. Las familias que se unen porque toca y que en realidad casi no pueden mirarse a la cara deberían o bien hacer un ejercicio de Amor y sanar sus relaciones o bien, si aún no son capaces, de tener la valentía de dejar la obligación y el compromiso atrás y no forzar una unión que no es tal. Todos sabemos de lo que hablo.

  Este año nuevo que nos ha recibido va a seguir con el maremagnun de movimiento exterior que no es más que un reflejo cierto de lo que se está produciendo dentro de todos nosotros, un cambio. Nuestra energía cambia, nuestro cuerpo cambia, nuestros sistemas cambian. El resultado es la manifestación en la vida de rigideces, dudas, desubicaciones...junto con alegrías, armonías, y momentos amorosos más plenos que nunca. Todo depende de las elecciones y el caminar de cada cual. Así que, queridos todos, vivamos el presente, el día a día, con alegría, en paz, y estando alerta a las señales que nosotros mismos, las personas que nos rodean y la vida misma nos trae con cada situación. 

Nada es lo que parece

  Cada vez más las posibilidades que se nos dan para que nos informemos por nosotros mismos (sobre todo a través de la red) se multiplican. Uno de los hechos más recurrentes es la cuestión de las supuestas pandemias y las vacunas asociadas a las mismas. Con el caso de la gripe A, que se derrumbó como el castillo de naipes que era gracias a la concienciación ciudadana, se dió una situación jamás producida hasta ahora. El individuo se oponía frontalmente a las disposiciones dictadas por los estados sobre lo que teoricamente era indispensable para mantener su estado de salud. La red sirvió como vehículo principal para que expertos en el tema vírico se saltaran la oficialidad y ofrecieran directamente opiniones científicas y documentadas (célebre el caso de la monja de Montserrat) sobre la falsedad de la pandemia y la inutilidad de la campaña de vacunación emprendida por los gobiernos y auspiciada, esta vez no tan a la sombra (fueron descubiertos) por los grandes organismos, como la OMS, que se mostró claramente como una tapadera de intereses, y sobre todo por las corporaciones de laboratorios farmaceuticos que se forraron con el negocio, ya lo hicieron en su momento con la gripe aviar.

  La cuestión es que los gobiernos, el español incluido, debieron acarrear con el "desprestigio" que supuso quedarse con el culo al aire y, sobre todo, con un excedente de dosis de vacunación (no se llegaron a utilizar ni el 30% de las mismas) que había que recolocar. ¿Qué ha ocurrido con estas dosis sobrantes? La respuesta oficial fue que, en un ejercicio de "amorosa solidaridad", iban a ser donadas a paises del hemisferio sur, que posteriormente pasarían de nuevo por su invierno y por ende por la época vírica de la gripe por excelencia. Lo que no se dijo es que la calificada como pandemia ya había pasado anteriormente por estos paises y que en algunos, como fue el caso de Japón, se llegaron a prohibir dichas vacunas ante la evidencia, además de su carácter innecesario, de síntomas añadidos como el desarrollo de convulsiones y otras alteraciones de dicha índole, sobre todo en niños. La realidad es, aunque puede sonar algo alarmista el decirlo, que dichas dosis quedaron, al menos gran parte de ellas, para ser inoculadas en una nueva temporada en aquellas personas que solicitaran la vacuna para la gripe estacional, es decir, la normal de toda la vida que se cura con limón, agua, reposo, y estando en casa bien abrigadito.

  Hace ya algo más de un año de todo este embrollo. En el mes de Noviembre del año 2009 se nos inundó con noticias de proliferaciones de "supuestos casos de gripe A" en todos los telediarios del orbe televisivo. Sólo el periodista Iñaki Gabilondo, desde su portal de opinión de noticias cuatro se atrevió a discrepar y dar una versión totalmente distinta de la que por todos los medios masivos se nos daba. Por otro lado, nuestro gobierno, orquestó toda una campaña de cómo lavarse las manos de la manera más higiénica y elaborada posible y de qué colectivos (personal médico, maestros, niños) debían ser obligatoriamente vacunados. Evidentemente, todo cayó por su propio peso, y tan sólo un mes después, en Diciembre, no se hablaba absolutamente nada del asunto, desapareció como por ensalmo.

  Esto ha generado un cierto movimiento, que acrecentaba los ya existentes, favorable al tratamiento natural (se insiste sobre medios que dá la naturaleza para ayudar a nuestro sistema inmunológico en caso de necesidad). Y, en consecuencia, contrario a la inoculación de vacunas que no son más que virus introducidos en nuestro cuerpo con la idea de generar anticuerpos (poner el parche antes de que exista la herida), lo cual resta capacidad a nuestro sistema y nos convierte en caldo de cultivo del desarrollo de futuras enfermedades. Todo ello en pro del negocio y el enriquecimiento de los grandes laboratorios (poderoso caballero es don dinero).

  Aquí en nuestro pais se ha dado un caso, creo recordar que en Almería, en que ha surgido un brote de sarampión y los padres de algunos niños, que por cierto no habían cogido el virus, se han negado a vacunarlos, ya que ellos los tratan con productos naturales que refuerzan el sistema inmunológico propio del organismo. La Junta de Andalucia, a través de su correspondiente Consejería, ante la imposibilidad de obligar a dichos padres a que vacunen a sus hijos, en principio es anticonstitucional ya que vulnera la libertad del individuo, ha llevado el caso a los tribunales para que un juez decida. Muchos sé que dirán, al leer estas mis palabras, que el estado está haciendo lo que tiene que hacer al "velar por el interés general". No obstante, yo voy más allá y hago una reflexión sobre lo que se está manifestando cada vez más crudamente en nuestra realidad (tanto individual como colectiva). Estamos viendo como las costuras del traje de nuestro sagrado sistema del bienestar se estan abriendo por todos lados, han sonado las campanas de boda y el gitano se está partiendo la camisa. Queridos lectores, el sistema está dando pataletas como el niño consentido cuando no recibe su chocolatina. A nosotros, como miembros del mismo, nos queda el estar alerta y conscientes para, a partir de ahí, transmutarnos, transformarnos, y así entre todos crear el mundo maravilloso que todos en realidad queremos. Seamos fuertes y no nos dejemos utilizar. Conservemos nuestro poder de creación. Somos creadores.

¿Despropósitos?

  En estas dos últimas semanas, entre el cúmulo de informaciones que nos llegan cada día (sobre todo a través de la "caja tonta" que por elección veo cada vez menos), me han llamado la atención una serie de noticias puntuales que me muestran de una manera más que evidente la ceguera e inconsciencia de la que beben nuestros representantes políticos en general (sean de la ideología que sean) de manera recurrente. Ni que decir tiene que nuestros representantes, y eso hay que decirlo, no son más que un reflejo amplificado del muestrario de la ciudadanía, de la que todos, más o menos conscientemente, formamos parte.

  Los hechos se remiten a la campaña por las elecciones en la comunidad de Cataluña en la que los partidos políticos se hayan inmersos. Bien, resulta que en la página web de uno de estos partidos, aparece un videojuego de la candidata, en el que ella misma, se encarga de emprenderla con bombitas o cosas por el estilo, contra lo que se supone que es el enemigo, en este caso, inmgrantes, paro y políticas varias de nuestro gobierno. En otro caso a un partido de ámbito regionalista, de más o menos reciente creación, y con media de edad algo más joven, no se le ocurre otra cosa que aparecer en sus carteles electorales completamente desnudos. Y para cerrar, como broche, un anuncio en el que se anima al voto donde la protagonista simula un orgasmo a la hora de votar. Conclusión: La sociedad está enferma. Y uno de los mayores indicativos es la proliferación de sexo, utilizado como reclamo basado en los "bajos instintos". Con esto, no me manifiesto en contra del sexo, ni mucho menos. La energía sexual es una puerta muy válida a la conexión con uno mismo y la totalidad, si se actua con consciencia. Lo que en cierto modo censuro, es la utilización puramente mercantilista y banal que ha inundado por completo todos los ámbitos de expresión del ser humano. Tanto es así, que, como describo, se muestra ya de manera explícita en las campañas políticas. Nada de extrañar por otro lado, cuando ya hemos tenido ejemplos pasados (quien mo recuerda a la pornodiputada Ciciollina) de estos comportamientos.

  Osho, en un libro muy recomendable titulado "El libro del sexo", describe claramente como la humanidad ha defenestrado y cerrado la puerta a esta energía con sus calificaciones y prejuicios al respecto y con su tratamiento "oscuro" de estos temas. El resultado está en que la invasión de sexo como objetivo en vez de como medio es tal, que se ha perdido toda comunión con lo real, con la esencia. Por suerte, que no es tal, cada vez tenemos más oportunidades de observar más allá, de vernos y de poder captar lo que está detrás de la forma, de lo meramente evidente. Hagamos un esfuerzo. Prestémonos atención. Escuchemos nuestro cuerpo. Así las vías de comunicación consciente se veran multiplicadas.

Discernimiento

Por todos lados nos invaden infinitos datos. Hemos creado una sociedad que de tanto querer informar desinforma. La obligación es la madre de muchas falsedades que discurren por los universos, mediáticos o no, que tenemos a bien sintonizar. Que si hay que ser esto. Que si hay que hacer lo otro. Que si no hay tiempo. Que si hay que aprender la técnica tal. Que si hay que aprender del maestro cual. Que si somos unos inconscientes y vamos en barrena hacia la catastrofe. Que si soy de la orden tal. Que si soy mensajero del cual...etc Bla bla bla y más bla. Que, al fin y al cabo, es lo que yo también hago aquí.

  Al final, queridos hermanos, lectores, amigos, todo es lo que Es. Lo que siempre ha sido y siempre será. Todo es perfecto porque está en un lugar determinado cumpliendo una determinada misión necesaria e insustituible para el equilibrio colectivo, con mayor o menor lucidez, con mayor o menor consciencia, pero, a su ritmo, a su manera, esa persona, ese elemento, lo está haciendo. Y a su vez te está mostrando lo que tú también eres, porque en cada ser vivo está la semilla de la divinidad, el germen que lo contiene todo, y nosotros, como seres eternos que somos, tenemos, a diferencia de los reinos vegetal y animal que están en conexión e integración con lo que es de manera automática e instintiva, la oportunidad maravillosa de elegir y ser conscientes. Cultivando el Amor en todos los actos de nuestra existencia ya estamos cumpliendo la voluntad del plan divino, porque el Amor es la llave maestra que abre todas las puertas, la vibración más alta que existe, y la manera más sencilla de llegar a él es a través de nuestro corazón. No necesitamos cursos, ritos, ceremonias, libros, ordenes, tiempos, maestros, puesto que todo esto no es más que una expresión de nosotros mismos. Eso sí, desde la humildad que emana del que es sabio y está dispuesto a escuchar, aprender y compartir, todos podemos aprender de todo y de todos. Cada manifestación está ahí por algo y por supuesto que nos puede ser util,pero, queridos lectores, cultivemos el discernimiento del sentir y confiar en lo que nuestro corazón con nuestra intuición como escudera nos dice a cada instante. No nos dejemos llevar por parafernalias excesivas que a la larga nos alejan, más que nos acercan, al verdadero Ser. Amemos en el instante, en el ahora, en un continuo, y la llave de los cielos nos será mostrada.

Sumergiéndome en profundidades

  Sumergido en las cuestiones de la cotidianidad me despierto de la dormidera generalizada intentando no entrar en juicios que oscurecen la expresión de mi mismo. Multitud de acontecimientos se manifiestan en el vivir para hacerme consciente de que cada paso es igualmente importante. El desparrame de informaciones desinformadas es tal que, a veces, cultivar el discernimiento innato de nuestro ser se vuelve una tarea harto complicada. Acudo a la sencillez, a que lo que existe es una muestra de una dualidad manifiesta que nos lleva a elegir. La elección es el disparador de tu creación constante, el agua de tus campos de amor regante, el pensamiento echo arte. Sí, eliges, estás constantemente eligiendo y eso es inevitable, incluso no elegir es una elección que se contradice a sí misma en la palabra pero no en el acto que hay detrás de ella. Es como los carteles que prohiben fijar carteles en esos muros vacíos de anunciantes que vemos por las calles ¿no son acaso ellos mismos una supuesta contradicción?

  La "realidad" se nos llena de historias que nos muestran una y otra vez la experiencia dual de esta tercera dimensión de la materia en la que "vivimos". Que si los presupuestos de aquí o de allá, que si el volcan de Islandia con su dichosa nube, que si Garzón es o no es, que si actos de democracía o de antidemocracia, que si la trama Gurtel, que si el sistema financiero, que si el desempleo no tiene fin, que si la culpa es del gobierno, que si la culpa es de los bancos, que si el PP o el PSOE, que si la iglesia y los sacerdotes pederastas, que si el velo o el no velo, que si los crucifijos o no en las aulas...etc una y otra vez vueltas y vueltas a la misma tuerca. Y todo, ¿para qué? para acabar constantemente diciendo u oyendo por doquier lo que Camilo Sesto cantaba en su canción "Melancolía": "Y ya no puedo más, ya no puedo más, siempre se repite la misma historia [...] estoy harto de rodar como una noriaa"

  Todo es lo mismo y no puede ser más que lo que es, siempre ha sido y siempre será. Manifestación continua de un grado consciencial existente (el nuestro). Si nuestro grado consciencial cambia la manifestación cambia. Y esto amigos ya se está produciendo. Sólo hace falta pararse a ver algo más allá de la cáscara, dejar la superficie y adentrarse en las profundidades, sin miedo, con confianza en nosotros mismos, en lo que somos y siempre seremos, una expresión de la Divinidad, eternos, luminosos, amorosos. Esto es lo que se ve en todo ser humano cuando uno se adentra en las profundidades. Lo demás es futil, es cambiante, y no es ni más ni menos valido, está y existe porque tiene una razón para existir, el servirnos de instrumentos para nuestro autoconocimiento. No necesitamos que no digan lo que es la vida. Somos vida. Salgamos a verla y a vernos por nosotros mismos con los ojos de la sabiduría. La sabiduría que reside en el Amor Incondicional y su plena expresión en todo lo que existe. El equipo de buceo para llegar a las profundidades ya lo tenemos, siempre lo hemos tenido, así que ¡adelante! Entonces lo descubriréis. Desapareceran los juicios, las discusiones, las etiquetas... cada uno a su ritmo, en su momento, y nuestro mundo será otro.

Pensamiento en positivo

  En el día de ayer se desarrolló un acto lleno de armonía, amor, sintonía, sincronicidad... etc entre el que subscribe y todas las personas con las que tuve el placer de compartir bellos momentos en la conferencia-presentación de mi libro "Viaje Interior" en Olivares (Sevilla). Quiero agradeceros a todos vuestra presencia, vuestra compañía. Os sentí como un Uno. Me gustaría mencionar en especial, sin desmerecer por supuesto a todos los demás, a Loreto. Gracias amiga. Tu empuje, determinación y ganas para que todo saliera adelante no se pueden describir con palabras. También a aquellas personas que vinieron de Huelva y me dieron su "estar amoroso". A Cinta, por sus hermosas palabras emanadas desde lo más profundo del corazón. Gracias a todos.

  Allí hablé (hablamos) de muchas cosas pero si en algo determinante se puede resumir todo es en lo que es: Amor. El convencimiento de que somos y siempre hemos sido, el saber que se es nos hará navegar entre aguas de luz inmensa y llegar a destinos nunca imaginados. Os adjunto un video con unas breves palabras de Sixto Paz, conocido contactador desde los años 70, y que creo que pueden resultar ilustrativas de todo lo que está pasando.

Abrazos a todos.

Competencia, competitividad, competición

  Estaba yo hace unos días inmerso en una conversación en la que se debatía la utilidad o no de la competencia, o quizás debería decir mejor competitividad. El hecho es que se postulaba que la susodicha competitividad servía para superarse uno mismo. Ante la supuesta "presión" de un rival uno saca lo mejor de sí y el resultado se multiplica. No dudo que esto pueda ser así, claro que, según el caso y la circunstancia, esto resultaría poco probable de establecer como generalidad. En mi opinión, habría que darle la vuelta a la argumentación y preguntarnos por qué es necesaria la competitividad para sacar lo mejor de nosotros mismos, para superarnos. El error parte de la base y cuando construyes sobre una base erronea el edificio, por muchas luces y bambalinas que tenga de cara al exterior, es falso. No hay rival. No hay competición. No hay comparación. Todos somos uno. Unidad. Unión. Amor.

 La competencia, la competitividad, la competición, tiene una sola y única base, el Ego. Se parte de un ser "mejor que", "más que", de estar por encima de alguien que no es más que otro tú. Es completamente aceptable, muchos me diréis, que en esta "realidad" que vivimos hay unas pautas establecidas y que todo, desde el más estresante de los trabajos al más sencillo de los juegos, implica su dosis de competitividad. Aunque podría hacer mis observaciones al respecto no las voy a hacer porque esto es algo que existe, que está ahí. ¿Por qué? porque nosotros lo hemos creado. El fundamento de todo juego es fluir, divertirse, y esto se ha visto desvirtuado por normas y reglamentos muchas veces tan estáticos que sólo posibilitan tensión. La tensión lleva al desequilibrio y el desiquilibrio al malestar. No obstante, si lo miramos desde una vertiente formadora, si consigues no "apegarte" al juego, éste puede ser un vehículo maravilloso para cultivar el "estar presente". Sentirte tú, uno, con todo y con todos. Sentir tu cuerpo como instrumento de tu manifestación en la materia. Entonces, sin apenas darte cuenta, se perderá el competir, el ansia por ganar, por ser más o mejor que. Y estarás superándote. Pero será una superación más auténtica, más profunda, duradera. Una superación no cuantificable, no medible, aunque eso sí ,mucho más plena que cualquier superación o satisfación emanada de la competencia.