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juanluna

Practica la Divinidad en tu vida

  El pasado 4 de Abril tuve la oportunidad de compartir una charla-coloquio en la localidad de Pilas, en el Centro Kalyana. Desde aquí doy las gracias a Ines, impulsora del evento y copropietaria del Centro, que tuvo la gentileza de invitarme, así como a todos y cada uno de los asistentes que vivieron conmigo dicho momento.  También agradecer a Jose María y Armando, compañeros y amigos de la Asociación Hinneni, que hacen posible, una vez más, la difusión de esta charla que aquí os adjunto.

 


Tertulias de Hinneni

  A principios del mes pasado se inició una iniciativa por parte de mis queridos amigos de la Asociación Hinneni consistente en el desarrollo de unas tertulias con objeto de difundir el mensaje consciente. Tuve el honor, junto a mi amigo Lorenzo, médico de profesión, de servir de "conejillo de indias" y juntos departimos sobre sanación y salud en general en el video que abre este ciclo de tertulias. Una grata experiencia de la que ambos disfrutamos y que estoy seguro se repetirá. Desde aquí mi humilde agradecimiento a todas aquellas personas que hacen esta iniciativa posible, que se une, y me consta, a muchas otras que ya de por sí venían desarrollando. A ti Lorenzo, por compartir conmigo este momento y hacerlo aún más especial con tu presencia. Y a todos y cada uno, no doy nombres porque no son necesarios para que os reconozcáis en mi agradecimiento.

De todo corazón.

Juan.

Ciudad Apariencia

  En Apariencia siempre era de noche. Los habitantes de esta ciudad habían decidido por el miedo a verse demasiado sustituir el sol. En su lugar, la ciudad estaba llena de "luces habílmente programadas" para alumbrar lo justo, únicamente para que los habitantes pudieran moverse sin verse realmente a sí mismos. Estas luces además estaban diseñadas para hacerte creer que ellas eran las portadoras de la única luz real que existía. Te decían cuándo levantarte, cuándo moverte, cuándo quedarte parado, cuándo hablar, cuándo gritar, cuándo aplaudir...incluso cuándo era el momento de no hacer nada. Así, los ciudadanos de Apariencia, vivían todos ocupados de vestirse con llamativas vestiduras que llamaran la atención. Esta era su manera de relacionarse y hacer ver al otro que se era alguien destacado y digno de tener en cuenta. Tan identificados estaban todos con sus vestidos, sus trajes, sus ropas, sus adornos, que desconocían por completo lo que era la desnudez. De hecho, lo que existían eran referencias condenatorias a lo que desnudarse podría suponer para la ciudad, hasta llegar al extremo de criminalizar el acto. Existían centros llamados de reinserción  de"desnudos". En ellos se recluían a aquellas personas que se habían atrevido a escapar de las "luces habílmente programadas" para descubrir que en aquellos teóricos lugares de oscuridad es donde se empezaba a encontrar la verdadera luz. Estas personas descubrieron que en aquellos lugares, lejos de la ciudad, salía el sol, era fácil desnudarse, y descubrir así que la verdadera luz se encontraba dentro de ellos mismos. En estos centros de reeducación se les obligaba a vestirse con trajes fabricados a medida, muy ceñidos, tan apretados que les impedían moverse libremente. Tan sólo podían caminar desahogados por los itinerarios planificados por"los controladores" (los que dirigían los centros y la ciudad), ya que, por ellos, los trajes se expandían. Evidentemente, estos itinerarios coincidían con aquellas calles donde las "luces habílmente programadas" tenían una presencia más numerosa. El foco de estas falsas luces emitía una luz que resultaba imposible de mirar directamente, debido a lo cual, se había extendido la idea de que no era bueno mirarse, las personas no se miraban. Andaban mirando hacia abajo, caminando arrugadas sin saberlo, pues era "lo normal". De esta manera sólo podían ver una cosa, su sombra. No obstante, de tanto mirar su sombra, los habitantes de Ciudad Apariencia, empezaron a darse cuenta que no todo era oscuridad en aquella sombra donde ellos, inevitablemente, cegados por los focos de las "luces habilmente programadas",se habían visto obligados a fijar su mirada durante toda su vida. De repente, vieron que de lo más profundo de esas tinieblas prefabricadas por ellos mismos surgía una luz, su propia luz. Esto empezó a iluminar sus caminos de manera natural. Las "luces habílmente programadas" fueron perdiendo su poder de manipulación, pues los ciudadanos dejaron de creer en ellas para creer en ellos mismos. Las luces se fundieron y volvió a verse el sol. La gente perdió el miedo a desnudarse porque se sintieron preparados para verse realmente y el único traje que existió desde ese instante fue un traje que sólo se podía ver con los ojos del Amor, el traje Libertad.

Se me olvida

Se me olvida pronunciar tu nombre cada mañana,

cuando los silencios de tus labios me dicen "te amo"

a cada momento.

 

Se me olvida decírtelo a la cara,

directamente y con energía,

con la fuerza de la pasión arrolladora que arde

en el amor que nos acopla.

 

Se me olvida traspasar la curva de tu mirada

abordando los pliegues de tus ojos

para descubrir los profundos secretos

que se ven en tus pupilas.

 

Se me olvida columpiarme en tu sonrisa,

como el niño-hombre que soy cuando estoy contigo,

jugando a divertirnos en el juego de nuestro amor infinito.

 

Se me olvida decirte que me olvido,

para que veas que te recuerdo con una intensidad

que no me deja olvidarte.

 

Se me olvida danzar con tu pelo cada noche,

al son del ritmo de nuestros cuerpos

unidos por la naturaleza.

 

Se me olvida meterme en tus sueños de improviso,

por sorpresa, sin ser invitado,

para que tus muestras de amor te hagan tan hermosa

que no tengas comparación alguna.

 

Se me olvida ser el hombre de tu vida

cuando, al darte la espalda,

me doy de cara con el mundo

que trata de distraerme para que deje de ser yo,

sin saber que tú eres yo mismo.

 

Se me olvida decírtelo todo,

cuando todo está dicho,

porque si te amo y me amas

las palabras... han prescrito

 

Historia de un cabezudo

De tanto pensar

se me agrandó la cabeza.

Me perdí y la perdí,

pero la llevaba puesta.

Todo el mundo miraba

mi impresionante testa,

yo seguía y seguía

buscando la respuesta.

Mientras más pensaba

más crecía ésta.

Un día alguien me vió,

deteniendo mi impaciencia,

mi cabeza se achicó,

creciendo mi consciencia.

Desde entonces soy yo,

pleno, entero, con certeza.

Mi corazón me agrandó,

lo que se busca se encuentra.

He vuelto a ti

He vuelto a ti.

El camino de regreso

lo marcan recuerdos dormidos

de amores compartidos

que siguen aquí.

He vuelto a ti

porque nunca me fui.

En mis ojos te ví

y mire donde mire

capto tu sentir.

El brillo de tu presencia

nutre mi vivir.

Prendiste en mí una llama

que arde sin extinguir,

que alumbra mis caminos

iluminando mi existir.

Allá donde miro

te veo a ti.

No hay nada mío

ni nada que no es de mí.

He vuelto a ti.

Hablan otros,

y escuchando, te escucho a ti.

Hablo yo

y son tus palabras

las que hablan por mí.

Mis gestos, los tuyos.

Mis caricias,

tu tacto sutil.

Haga lo que haga

soy feliz,

eres tú en mí.

He vuelto a ti.

 

Buscadores

Buscador: El que busca

Buscar: Acción para hallar a alguien o a algo.

  En esta era sobrepasada de tecnologías en la que el lenguaje informático se ha incorporado al hablar cotidiano de cualquier ciudadano uno de los programas más famosos y más empleados por tanto son los llamados "buscadores". Estos son programas que nos capacitan para hallar a partir de una frase, nombre, adjetivo, expresión, o lo que sea, cualquier enlace que tenga una mera relación con lo señalado. Pues bien, en el ámbito del trabajo consciencial también existen buscadores, y algunos muy parecidos en su dinámica a los mencionados programas informáticos. Entonces se da de hecho que muchas personas se convierten en verdaderos entes activos de asociación de ideas de todo lo que tenga que ver someramente con el "trabajo consciencial". Esto es algo maravilloso cuando se convierte en una oportunidad grandiosa para compartir experiencias que nos hacen crecer a todos en nuestro conocimiento de nosotros mismos. La cuestión está cuando el buscador se queda atrapado en el mecanismo de su propia expresión. En este caso lo que ocurre, como lo mencionado en los programas informáticos, es que se convierte en un mero asociador de ideas porque, sin saberlo, está reproduciendo una y otra vez el agarre que tiene a las mismas. Como resultado de todo ello la "busqueda" se hace interminable.

  Pero en algún momento del infinito presente este buscador deja, de manera natural, de buscar, y esa es precisamente la señal de que se ha encontrado. "El que se encuentra deja de buscar". Entonces comproborá que el "buscador de la consciencia" no tiene nada que ver con su gemelo informático sino todo lo contrario. En el "buscador de la consciencia" ya puedes poner "sanación" "reiki" "pnl" "metamórfico" "reconexión" "tapping"... o lo que quieras, que siempre te llevará al mismo sitio, dentro de ti mismo. No busques, encuentra-te.

Creo saber que quiero

Creo saber que quiero

amarte por entero.

Creo saber que quiero

cantar al amor

con el baile de mis versos.

Creo saber que quiero

oir soplar el viento

apagando lamentos internos.

Creo saber que quiero

atrapar tu palabra

con el lenguaje de mis besos.

Creo saber que quiero

contar el sentimiento

al son de tus misterios.

Creo saber que quiero

llenarte el oído de flores

con aromas de lo eterno.

Creo saber que quiero

regalarte mis mañanas,

mis noches y mis tiempos.

Creo saber que quiero

hacer de la calma

nuestro ritmo intenso.

Creo saber que quiero

mirarme en tus ojos

como en un libro abierto.

Creo saber que quiero

escuchar tus alabanzas

de alegría y contento.

Creo saber que quiero

abrazar tu corazón

marcando el paso de mis sueños.

Creo saber que quiero

ser uno contigo,

siendo el Universo.

Creo saber que quiero.