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juanluna

Poesía

Vivir viviendo

(Dedicado a mi amigo Emilio)

No voy ni vengo,

mis pasos se mueven

por el camino del contento.

No abro, no cierro,

todo está abierto.

Soy luz, oscuridad,

el cielo y el infierno,

dualismos representados

que no tienen manifiesto.

Me muevo en el eterno vacío

de estar dispuesto,

a llenarme de vida

en cada momento.

¿Dónde voy?

No lo sé.

No necesito saberlo.

Tampoco sé de donde vengo.

Simplemente soy

y no soy al mismo tiempo.

No hay sujeto ni objeto,

sólo un instante eterno

que no se determina

por las manijas del tiempo.

Es un vivir pleno,

sencillo, completo,

sin ataduras ni complejos,

sin miedos que se te agarren al pellejo.

Nueva vida, libertad y universo,

la totalidad es mi fundamento.

Todo lo que veo me mira,

me hace sentir entero.

No hay divisiones, quebrados,

ni multiplicadores inversos,

solo un Uno, un Ser, eterno,

siempre existiendo.

Navegando ciclos

con su fin y su comienzo,

quietud y movimiento.

Juntando celulas,

cuerpos y miembros.

Trascendiendo dimensiones.

Vibrando firmamentos.

Energías intensas

de Amor sincero.

Vivir viviendo.

Alocado digestivo

Es algo delicioso

ese manjar belicoso

que hace las guerras contigo,

te da la paz del herido

por un vulgar ingerido

que a los sistemas afecta.

El estómago alocado

al intestino remueve

y lo que no va hacia abajo

el interior disuelve,

y tú sigues luchando

en una guerra digestiva,

que por no tener no tiene

ni siquiera diatriba.

Aun así, dulcificado,

por gustos variados,

no atiendes sensaciones,

que despiertan soluciones

a problemas inventados

por un saber olvidado.

El bolo retroalimenta

un malestar recordado,

hasta que al final terminas,

sin haber empezado.

El día que ingieras libre

en el no pensar hallado,

comerás de verdad,

sin comer, serás saciado.

La expectativa

Una dama de gran nombre

por todos reconocida

es la dueña de la mente

de aquél que la cobija.

En un mundo de quehaceres

que buscan quitar la vida

ella campa a sus anchas

sintiendo que no respiras.

Es un ritmo sincopado

el que su danza maneja

dejándote bien enganchado

si no estás alerta.

Te sales de ti al buscarla,

mirarla es estar perdido

en un conjunto de razones

que no tienen desperdicio.

En tu frente queda marcado

ese algo que es objetivo,

encomiendas a ello tu hacer

y más que vivir sobrevivo.

Si no escapas a su ley

el miedo te habrá vencido

porque estar en el mañana

es no estar en ningún sitio.

Abandona su lazo de futuro

y salta a la experiencia de niño,

así vivirás la vida,

sobrarán los motivos.

 

El solitario de nadie y nada

Un hombre solitario

vivía acompañado

por seres de otro mundo.

Un mundo deshabitado,

vacío de conceptos,

vacío de esclavos.

Un mundo libre

donde nadie y nada

se daban la mano.

Al no existir existías,

perdido en miles de vidas,

hasta al final encontrarte

donde el corazón latía.

El caminar de este hombre

no decía donde iba

pero todos lo sabían,

sus pasos de silencio

a todos servían de guía.

Allí, hermanados,

todos los seres crecían,

unos y otros venían

para verse en armonía

caminando por la vida.

Eran seres de otros mundos,

ignorantes todavía,

que de no encontrarse a sí mismos

buscando se perdían.

Llegaban al mundo de nada

donde el solitario les recibía,

inundándolos de algo

que ellos ya traían,

una semilla perdida,

de riegos adormecida,

espantada por los ruidos

de una mente marchita.

Caminaban en silencio,

con los pasos de su guía,

descubriéndose a un ritmo

que a todos divertía.

Y cuando se convertían en nadie

y el pequeño yo dormía

volvían a ser lo de siempre

Unidad Divina.

El silencio me acompaña

Una llama de silencio

se apaga en ecos de una voz despavorida

gritando palabras que no se oyen.

El corazón, palpitante, se delata

entre los ruidos de una mente que no calla.

Te falta el aire,

la fuerza para no decir nada,

cuando te empeñas en decirlo todo.

El respiro te ahoga

y el salvavidas que hasta entonces te protegía,

intentando controlar lo incontrolable,

ya no existe.

¿A qué agarrarte?

¿A dónde ir?

cuando vas a la deriva,

sin timón ni guía.

El viento de la impaciencia

ha esparcido tus velas

llevándote a las antípodas de la imprudencia.

Y ahora, perdido, no comprendes

ese rumbo que te lleva al destino preciso,

donde tu corazón te espera.

Ves llegar la bienvenida,

acordes de armonías infinitas

te hacen llenarte por completo

del sonido de ti mismo.

La divinidad se expresa,

y tú, cuando definitivamente callas,

puedes percibirte.

De repente, todo vuelve.

La ilusión de la partida se desvanece.

Y el silencio,

que creías perdido,

te hace sentir su compañía.

Luz Reconocida

Este pequeño poemilla quiero dedicarlo de manera especial a todas aquellas personas que comparten conmigo su experiencia en el grupo de sanación que tengo el inmenso placer de coordinar.

Hay una luz

que se expande sin medida,

traspasando corazones

al sentirse reconocida.

Es la luz del amor,

quien te abraza y cobija,

algo que llevas dentro

durante toda la vida.

¡Reconocelá!

Accede a su guarida.

Allá donde vayas estará,

porque nada escapa a su vista.

Cuando la sientas de verdad lo sabrás,

todo se iluminará en tu energía.

Las sombras desapareceran

y camines por donde camines

la luz será tu guía.


Se me olvida

Se me olvida pronunciar tu nombre cada mañana,

cuando los silencios de tus labios me dicen "te amo"

a cada momento.

 

Se me olvida decírtelo a la cara,

directamente y con energía,

con la fuerza de la pasión arrolladora que arde

en el amor que nos acopla.

 

Se me olvida traspasar la curva de tu mirada

abordando los pliegues de tus ojos

para descubrir los profundos secretos

que se ven en tus pupilas.

 

Se me olvida columpiarme en tu sonrisa,

como el niño-hombre que soy cuando estoy contigo,

jugando a divertirnos en el juego de nuestro amor infinito.

 

Se me olvida decirte que me olvido,

para que veas que te recuerdo con una intensidad

que no me deja olvidarte.

 

Se me olvida danzar con tu pelo cada noche,

al son del ritmo de nuestros cuerpos

unidos por la naturaleza.

 

Se me olvida meterme en tus sueños de improviso,

por sorpresa, sin ser invitado,

para que tus muestras de amor te hagan tan hermosa

que no tengas comparación alguna.

 

Se me olvida ser el hombre de tu vida

cuando, al darte la espalda,

me doy de cara con el mundo

que trata de distraerme para que deje de ser yo,

sin saber que tú eres yo mismo.

 

Se me olvida decírtelo todo,

cuando todo está dicho,

porque si te amo y me amas

las palabras... han prescrito

 

Historia de un cabezudo

De tanto pensar

se me agrandó la cabeza.

Me perdí y la perdí,

pero la llevaba puesta.

Todo el mundo miraba

mi impresionante testa,

yo seguía y seguía

buscando la respuesta.

Mientras más pensaba

más crecía ésta.

Un día alguien me vió,

deteniendo mi impaciencia,

mi cabeza se achicó,

creciendo mi consciencia.

Desde entonces soy yo,

pleno, entero, con certeza.

Mi corazón me agrandó,

lo que se busca se encuentra.